martes, 6 de julio de 2010


Los guardias llegaron pero él no sabía que hora era, el reloj fue de las primeras cosas que le arrebataron al encerrarle. Aún así sabía que habían pasado 2 años.Abrieron la puerta pero él espero a que saliera el sol (su manera de controlar algo el tiempo) para salir, quería estar seguro de que era el momento adecuado.Una vez fuera, una vez con su reloj y sus vaqueros y sus gafas. Sonrio. Era libre.


A los dos días, mientras sostenía en una mano su carta de libertad, en la otra sujetaba una pistola.No le gustaba la libertad, pero no fue capaz de apretar el gatillo para volver a la cárcel.


Ni contigo ni sin tí.

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