domingo, 27 de marzo de 2011

Las terrazas en verano.


De repente te he visto en una de esas inmensas terrazas que tienen los hoteles, las que son como un teatro de marionetas, tapadas por tres partes y con una ventana al mundo.
Estabas sentado en esas sillas baratas de plástico malo y apoyabas las piernas sobre la barandilla, dónde se secan las toallas mojadas de un día de playa.
Encendías un cigarro, y tu humo dibujaba formas en la oscuridad de la noche pero no estropeaba el olor a mar.
Unos turistas bajo la terraza rompían el momento gritando cosas que no valía la pena entender, pisabas la colilla, te asomabas para la última calada y volvías a entrar.
Fuiste a bajar la persiana pero recordaste que prefiero dejarla subida. Hasta mañana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario