En las playas no hay huellas de zapatos.
Aguantas la arena cuando está caliente y cuando está húmeda. Y se te manchan los pies y se mojan. Escuecen las heridas con el mar y pasas frío en el primer contacto. La arena se pega y sólo se quita con agua más fría.
No caminas descalzo sobre la carretera, ni sobre el suelo de tu casa, tampoco sobre las rocas o las colchonetas.
Lo haces sobre la arena, a pesar de los pesares. Y te gusta.
Y lo aguantamos gustosamente. Quién pudiera ir ahora a pasear por la playa, aunque claro, con este frío, no podría ser descalzo.
ResponderEliminarBesicos